Mientras que los otros miembros de Factor 5 team disputaban el cross de montaña tres refugios en Madrid (http://www.copadehierro.es/3r/index.asp), yo había sido agraciado con un dorsal en el siempre concurrido sorteo para la mítica carrera Zegama-Aizkorri.
Espectacular, así definiría esta carrera y esto lo
digo el día después y con todas las agujetas de la carrera todavía en las
piernas.
Espectacular por la organización, por la belleza del recorrido, por la variedad del terreno, por la hospitalidad de los voluntarios y el público, por los avituallamientos, por todo.
Llegamos a Vitoria el sábado sobre las 17:00 horas. Dormimos en Vitoria y el domingo por la mañana nos fuimos rumbo a Zegama. Desde que llegamos el sábado hasta volver el domingo por la tarde a Madrid no paro de llover...
Espectacular por la organización, por la belleza del recorrido, por la variedad del terreno, por la hospitalidad de los voluntarios y el público, por los avituallamientos, por todo.
No podría decir que ha sido una carrera épica ni
que roza el límite como diría Josef Ajram. Creo que es una carrera que deja
correr si vas con un poco de cabeza. La climatología la hizo un poco más
complicada pero me imagino que es lo que toca en el norte de España en mayo. Si
no es frio es calor y sino viento o nieve. Yo ni soy valiente, ni soy de los que
por pelotas tengo que acabar por muy mal que esté ni estoy demasiado bien
adaptado al medio. Esto con un poco de entreno y mucha ilusión se hace sin
problemas, otra cosa es en qué tiempo claro J
Llegamos a Vitoria el sábado sobre las 17:00 horas. Dormimos en Vitoria y el domingo por la mañana nos fuimos rumbo a Zegama. Desde que llegamos el sábado hasta volver el domingo por la tarde a Madrid no paro de llover...
Primera carrera con la equipación de Factor 5 team.
Las zapatillas (Salomon S Labs 4) como hechas para esta carrera con mucho verde
y mucho barro. Es increíble lo bien que agarraban, en comparación con mis
Trabuco la diferencia era abismal. El chubasquero de Salomon increíble. En
momentos de sudor transpiraba (no como los chubasqueros de Joma que tengo en
casa que paracen una bolsa de plástico e comparación) y aguantó la lluvia
perfectamente.
Este año tuvimos mala suerte con la climatología
(algún año hay suerte?). Llevaba mucho tiempo lloviendo y convirtió el trazado
en muy peligroso con muchísimo barro y piedras muy resbaladizas. Durante toda la
carrera nos llovió aunque normalmente era una lluvia muy fina que no molestaba
en exceso, era más bien toda el agua que se había acumulado en el suelo. De
temperatura, excepto en los picos, tampoco era de demasiado frio pero decir que
hacía calor es una exageración (de 6-7 grados). En las 4 cumbres nieve y mucho
viento helado, que abrigado no pasa nada, pero como llegabas empapado pues se
hacía notar. El que no llevaba guantes lo paso peor porque tanto por el frio
como los continuos apoyos que había que hacer para conseguir subir o bajar los
guantes en esta edición eran imprescindibles.
Yo, siendo sincero, tenía mis dudas si iba a
merecer la pena correr por el tiempo que hacía. Me plantee incluso decirle a
Iñaki que me llevara a la estación de autobuses e irme a Madrid. Así podría
celebrar mi cumpleaños con la familia y evitar un catarro. Por supuesto son
cosas que pasan por la cabeza pero que luego no haces, una suerte.
Tras una noche que no paró de llover nos levantamos
a las 06:00am y tras un breve pero nutriente desayuno (arroz con pavo por mi
lado) llegamos a Zegama sobre las 07:40 y ya había mucho ambiente, la plaza
cortada y mucho banderín de los patrocinadores de la carrera. Un ambiente muy
deportivo y montañero. A la elite ni rastro, tenía mucha ilusión de ver al nº1
de todo esto, el Sr. Kilian y pedirle hacerse una foto conmigo, pero vamos, ni
olerle por allí. Es más fácil ver y acercarte a Chema Martinez en un 10.000 de
asfalto entre 10.000 corredores que a Kilian en una carrera de 500 personas :-(
Es cierto que llovía a cantaros y seguro que estaban todos refugiados en algún
sitio hasta que dieron el pistoletazo.
Iñaki y yo, tras recoger y colocarnos los dorsales,
discutir durante un buen rato que ropa ponernos, etc. nos colocamos en la línea
de salida, concretamente los últimos junto a dos chicos con bastones los cuales
resultaron ser el 'coche escoba'. Llevaban el dorsal 000.
Se da el pistoletazo tras las charlas habituales de
los políticos, etc. y nosotros ahí, los últimos (literalmente) justamente por
delante de los dos chicos que marcaban el final de la carrera.
Una vuelta al pueblo a 5 minutos el mil y a Iñaki y
a mí nos costaba engancharnos con los últimos, incluso abrieron una brecha entre
ellos y nosotros dos. Estaba claro que mucha gente iba a pinchar más adelante
porque esto no era normal.
Una vez que habíamos dado la vuelta de cortesía por
el pueblo encaramos los primeros kilómetros de carrera, tramo durísimo y que en
realidad dura hasta el kilometro 16 donde haces cumbre en el primer pico. Iñaki
y yo vamos juntos en plan tranquilos y adelantando poquito a poquito sin
quererlo a unos cuantos. En el kilometro 11 me dice Iñaki que me deja porque
quiere correr su carrera y a su ritmo, poco a poco se va quedando
atrás.
Yo me planteo la carrera como un entreno y cuyo
objetivo final es llegar al último de los 4 picos (km 30) con fuerzas para
encarar el tramo final que es una bajada espectacular y así acabar con buenas
sensaciones. Regulo muy bien, no me pico con nadie, voy al trantran a mi propio
ritmo y no me engancho con nadie. Esto me ha costado mucho pero he madurado y es
la única forma de afrontar una carrera como esta. En el camino voy hablando
mucho con gente que va corriendo a mí alrededor, el rimo lo permite. Algunos les
adelanto y algunos me adelantan. Por la forma de correr de algunos sabes que
antes o después les va a entrar el bajón y que les vas a adelantar. Yo me
encuentro fenomenal, no me gusta que tenga que andar tanto.
Primero porque hay tramos muy técnicos que yo aun
no sé hacer corriendo, otros tramos, sobre todo en las cumbres, piedras enormes
que hacen imposible correr y luego por el suelo que está muy mojado y todo es
barro y barro donde las subidas son muy complicadas y resbaladizas y las bajadas
muy peligrosas.
Solo miro el reloj en el km. 20. Llevo 3 horas
corriendo, pero lo importante es que me encuentro bien y que estoy disfrutando
de la carrera. No vuelvo a mirar el reloj porque no es una carrera de tiempos ni
ritmos.
Me habían dicho que había unas vistas
espectaculares pero por la niebla no se ve nada. Habrá que volver alguna vez
para poder comprobar si es cierto.
Cada poco hay avituallamientos, en muchos además de
la bebida (agua, isotónica y en algunos incluso coca cola) hay comida; barritas
energéticicas y cosas así. Yo como y bebo en todas excepto en las dos últimas.
De hecho me paro en todas y como bien porque creo que un error que he cometido
en todas las carreras hasta ahora es que no me he alimentado adecuadamente
(correr durante 7 horas por estas montañas requiere que vayas rellenando los
depósitos de glucógeno). Creo que esto me salva de tener un bajón y el tiempo
que se pierde es mínimo.
Llegamos al último pico y a partir de aquí es donde
se supone que es donde me tengo que dejar lo último que me queda, me alegro
mucho porque he ido reservando mucho, posiblemente un poco demasiado. La bajada
en su primer tramo con cuerdas... imposible apretar, luego una zona de muchísimo
barro, luego una zona de piedras que solo permite correr bien a los más
valientes con mucha técnica y los últimos 6 kilómetros, por fin, llega el
momento de un pistero como yo.
Una pista con mucho agua, poco barro y de
dificultad baja. Voy bien y me pongo a tirar como un loco. Comencé a contar a la
gente que iba adelantando pero al final era inútil, solo quería volar y
disfrutar, me salte los últimos avituallamientos y ahí también gane algún
puesto. Solo quería correr bien y adelantar a todo aquel que se me ponía en el
camino. Llegue a contar hasta 15 personas pero alguno más fue vencido en estos
últimos kilómetros. Llegue a meta entre júbilos, como se vuelcan los que
espectadores - increíble, y dejándome sentir como el ganador de la prueba, a
pesar de llegar a 2 horas y 31 minutos después de un tal Kilian que a estas
alturas seguro que ya estaba a medio camino de su casa. Al llegar una bolsa
llena de productos de la zona (guindillas, alubias negras, una botella de sidra,
otra camiseta, etc.) y un montón de bebida y alimentos. Una ducha refrescante y
al coche para no mojarme (seguía lloviendo a raudales) y a esperar a Iñaki quien
llego poco después.
Grandísima carrera que me ha dejado un gran sabor
de boca y aunque finalicé en 6 horas y 27 minutos creo que he hecho un carrerón
para mis posibilidades en este mundillo del trail. De menos a más y con el ritmo
justo como para dejarme un poco de aliento para disfrutar de todo lo que he
vivido. Ojala fueran todas las carreras así y pudiese disfrutar tanto y acabar
con tantas fuerzas. Creo sinceramente que con el suelo en mejores condiciones se
puede correr bastante más y rebajar el tiempo final con mucho, pero las carreras
e montaña no se deben comparar de año en año, cada año es una historia nueva y
son las que cuentan.
Tiempo final 6 horas y 27 minutos. Aun ya teniendo
45 años (he cumplido años este mismo día) la organización no me ha metido en la
categoría de VET MAS (les he enviado un correo) pero si hubiese sido el caso el
puesto habría sido el 31 de mi categoría, puesto que considero muy bueno. D e la
general el puesto 296.
Gracias mil y muy sinceros a mi grandísimo amigo
Iñaki que me permitió disfrutar de un fin de semana genial y memorable
acogiéndome en casa de su hermano Ivan, su mujer Irene y sus tres hijos que son
fantásticos. Me lo pasé genial recorriendo las calles de Vitoria el sábado en su
compañía, ver la final de la champion con todos ellos y una magnifica cena para
rematar la estancia. Además me regalaron (y era yo quien les visitaba a ellos…)
dos botellas de vino de la zona que beberé con mucho gusto cuando se de la
ocasión. Muchas gracias a todos, un fin de semana tan completo como este quedara
en el recuerdo para toda la vida porque carreras como esta no se hacen todos los
días.
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